Los sensores registran continuamente los movimientos verticales y laterales, las roturas de carriles, así como las diferencias de temperatura, y transmiten los datos recogidos a un servidor. Los valores medidos que se obtienen de este modo proporcionan información valiosa tanto para la fiabilidad de los sistemas de vía como para la integridad estructural de los puentes, y permiten así un análisis exhaustivo a largo plazo como base para un mantenimiento eficaz. Los datos se evalúan y se comparan con los datos de referencia correspondientes. Los fallos inminentes se detectan en una fase temprana, incluso antes de que las operaciones ferroviarias se vean afectadas negativamente. Como resultado, se reducen las averías y los descarrilamientos, y se aumenta simultáneamente la seguridad.
No importa cuál sea el transporte ferroviario o el área de aplicación - TRM puede ser utilizado por todos los ferrocarriles.